Francisco en Irak, siguiendo los pasos de Abraham

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    BERNARDO BARRANCO

    El Papa Francisco está en Irak, él mismo se concibe como peregrino de esperanza que busca traer "hermandad" entre dos grandes religiones que en la región padecen la enfermedad del fanatismo.

    Llega a una zona devastada por décadas de conflicto bélico que ha lidiando con una seria crisis política, económica, social. Ahora arrasada por una nueva ola de contagios de coronavirus y episodios de violencia crispantes.

    Por primera vez en la historia, un pontífice visita Irak. Antigua Mesopotamia. La tierra donde nació Abraham el padre de las actuales religiones monoteístas. El Papa Francisco desafió la pandemia y la violencia terrorista. Se arriesga en extremo con su gira, contra todas las recomendaciones de sus asesores. Francisco realiza una visita diferente a todas las demás. Una visita cargada de simbolismos y no de eventos masivos. Esta tierra desgarrada por los nudos geopolíticos, Irak no ha conocido la paz desde la década de 1980. Hace veinte años, el Papa Juan Pablo II había planeado una visita a Bagdad, pero desistió por razones de seguridad.

    Del 5 al 8 de marzo, la agenda de Francisco en Irak está llena de encuentros, metáforas y oraciones, para dar "un paso adelante en la hermandad", así lo pretende Francisco en esta visita histórica. Para entender la visita del Papa hay que remitirse a su última encíclica Fratelli Tutti (hermanos todos) y la intención proteger la comunidad cristiana en vías de extinción en esta región. Fruto de la violencia del llamado Estado Islámico, hace 20 años había cerca de 3 millones de cristianos, hoy no llegan a 300 mil.

    En Bagdad, Francisco recordó las 48 víctimas del ataque perpetrado por ISIS el 31 de octubre de 2010. Y pronuncia palabras muy sentidas: "las actitudes de odio, violencia y derramamiento de sangre son incompatibles con las enseñanzas religiosas". Y remató: "El nombre de Dios no puede usarse para justificar actos de asesinato, de exilio ni de violencia”. El segundo objetivo del Papa argentino en Irak, es deslegitimar el uso ideológico de la religión como factor de guerra.

    En tercer lugar, otro empeño no menos importante, es fortalecer los puentes entre el Vaticano y el mundo islámico, y el diálogo interreligioso mediante el encuentro con uno de los líderes musulmanes más influyentes del mundo, se trata del ayatolá Ali al-Sistani, respetado líder chiíta.

    Francisco siguiendo Abraham, el primero de los tres patriarcas según el Génesis, quien por mandato divino deja sus tierras para establecerse en la Tierra Prometida para fundar una nueva civilización.

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