TASA DE INTERÉS SIN CAMBIO.
Ricardo Caballero de la Rosa
En lo que va del año la economía ha venido mejorando en su desempeño, aunque aún es débil el repunte por el que atravesamos. Así, de acuerdo con el Banco de México, el mercado laboral ha mostrado fortaleza, la tasa de participación laboral continuó aumentando y la desocupación permaneció en niveles bajos. El empleo ha aumentado a un mayor ritmo que la tasa de participación laboral y hay escasez de mano de obra calificada en algunas regiones del país.
En estas circunstancias, en el nivel nacional estamos experimentando un proceso de desinflación general con muestras de una moderada tendencia a la baja debido a que diversas presiones se han mitigado. Sin embargo, siguen existiendo incidencias que continúan presionando a la alta, por lo que el momento que se atraviesa sigue siendo riesgoso y complejo.
No obstante, el Banco de México dejó de efectuar aumentos en la tasa de interés y esta quedó en 11.25%, cifra que puede mantenerse por algún tiempo en tanto la inflación continúe a la baja.
En el concierto internacional las presiones inflacionarias siguen estando a la alta, con un aumento de las tensiones geopolíticas.
De acuerdo con la perspectiva del Fondo Monetario Internacional (FMI), lograr una recuperación sólida sigue siendo difícil y perjudica las expectativas de todos, en especial las de las personas y los países más vulnerables.
De ahí que el FMI siga pugnando para que se apliquen medidas para promover el crecimiento y tener una recuperación sólida, como la persistencia en el combate a la inflación y salvaguardar la estabilidad financiera, el mejoramiento de las perspectivas de crecimiento a mediano plazo y el fomento de la solidaridad para reducir las disparidades globales.
En este contexto, la economía mundial podría enfrentar varios años con un débil crecimiento y en el mediano plazo podría estar creciendo en alrededor del 3%, la cual sería la expectativa más baja desde la década de los 90 del siglo pasado.
Recuérdese que el crecimiento internacional se redujo drásticamente en 2020 al caer el PIB mundial en -3.2%. En 2021, el PIB mundial llegó a 6.1% y de ahí pasó a 3.6% en 2022. Por eso con la desaceleración que ha continuado este año, el FMI proyecta que el crecimiento global se mantenga en torno al 3% durante al menos cinco años, cifra que es la más baja a mediano plazo desde 1990.
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