DEL ESTANCAMIENTO A LA INMINENTE RECESIÓN

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    CAE EL PIB ANUAL DEL CUARTO TRIMESTRE -0.3%.

    Ricardo Caballero de la Rosa

    El INEGI presentó (30 de enero de 2020) la estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) para el cuarto trimestre de 2019, el cual no registró variación en términos reales en comparación con el tercer trimestre, con cifras ajustadas por estacionalidad.

    Por componentes, las actividades secundarias disminuyeron -1% y las actividades primarias -0.9%, mientras que las terciarias aumentaron 0.3% en el cuarto trimestre de 2019 con relación al trimestre anterior.

    En su comparación anual, los datos de la estimación oportuna del PIB con series desestacionalizadas registraron una caída en términos reales de -0.3% en el periodo octubre-diciembre, respecto al mismo lapso de 2018. Este dato es relevante puesto que representa la primera contracción desde 2009, año en que el PIB cayó -5.3% en el contexto de la crisis económica.

    Por actividades económicas, el PIB de las actividades secundarias no logró evitar la caída del PIB en su conjunto y descendió -1.5%, en tanto que el PIB de las actividades primarias creció 1.9% y el de las terciarias 0.1%.

    Como era de esperarse, el presidente Andrés Manuel López Obrador al ser cuestionado por este adverso resultado le restó importancia y adujo que México crecerá y que hay desarrollo y bienestar.

    Sobre estos temas es preciso señalar que la perspectiva sobre el desarrollo ha venido cambiando y ahora se interpreta como un cambio que va más allá del simple crecimiento, es decir, que va más allá de las inversiones, del factor trabajo-capital y de la productividad asociada a factores como la educación y el uso de tecnología. El desarrollo se observa hoy como una transformación de la sociedad de una manera integral.

    El presidente no deja de tener razón cuando argumenta que debe separarse en el análisis los datos del crecimiento y su perspectiva de largo plazo con los elementos que están involucrados en el desarrollo y en la distribución de la riqueza. Empero, no hay datos para probar esta hipótesis y hacer un examen que disloque desarrollo y crecimiento.

    Lo cierto es que, de acuerdo con varios estudios internacionales como los de la ONU, una base necesaria para que exista desarrollo es el crecimiento económico, por lo que sin crecimiento sería mucho más difícil poner en práctica una política redistributiva y que impacte favorablemente en los ingresos reales per cápita.

    De ahí que habría que esperar los resultados de corto plazo y ver si funcionan las medidas que pondrá en marcha el gabinete de crecimiento económico, relacionadas con reformar el sector financiero, ampliar la base de contribuyentes, dinamizar la economía popular y destrabar las licitaciones y contratos para que se defina la inversión privada.

    No obstante, el hecho de que la economía no esté creciendo se ha interpretado como un fracaso moral y real del gobierno de la 4T y ha puesto en alerta a varios sectores y actores, puesto que uno de los factores más importantes para explicar el resultado negativo del 2019 es la caída de la inversión productiva, que hasta el mes de octubre tenía una caída promedio de -5.2%. Además está el dato del gasto público que de acuerdo con la Secretaría de Hacienda, hasta el mes de noviembre el gasto total del sector público tuvo una caída real de -1.8%.

    Las expectativas del gobierno federal se mantendrán para este año, como lo aseguró la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en voz del subsecretario de Hacienda Gabriel Yorio, quien manifestó que mantendría el pronóstico original de los criterios generales de política económica de 2% de crecimiento, por lo que se conserva el rango de entre 1.5% y 2.5% para 2020.

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