· OBRADOR Y MORENA ELECCIONES EN 2021

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    Contracolumna

    · CANDIDATOS MARCADOS POR LA CORRUPCIÓN

    JOSÉ MARTÍNEZ M.

    Las próximas elecciones serán una de las más concurridas, a lo largo y ancho de todo el país estarán en disputa 21 mil cargos de elección popular. Entre otros, se elegirán 15 gobernadores y la renovación de los 500 integrantes de la Cámara de Diputados (200 de ellos mediante el reparto de “cuotas”, es decir por la vía “plurinominal”). Los comicios incluyen elección de alcaldes, legisladores locales y regidores.

    De todos los aspirantes los más activos, hasta ahora, son los pertenecientes a Morena. Muchos de ellos confían ciegamente en la figura de Obrador. Consideran en el efecto que tuvo su arrastre electoral de las pasadas elecciones. Pero el escenario político del país ha cambiado.

    Con todo, las elecciones del 2021 serán un buen barómetro para medir el humor social que se experimenta en los millones de electores que están convocados a manifestarse en las urnas.

    No es necesario invocar los sesudos análisis de las empresas demoscópicas que se encargan de medir los sondeos de opinión de los ciudadanos, ya sabemos de la pésima imagen generalizada que se tiene de los políticos.

    El mismo presidente Obrador se ha encargado de socavar la imagen de los políticos, a tal grado que él mismo experimenta un repudio sin precedente. Los medios de comunicación y las redes sociales son el mejor barómetro de su desteñida imagen. Obrador ha tomado nota y se ha asumido como el presidente más denostado de los últimos tiempos. Los memes en las redes sociales dan constancia de ello. Por esa razón Obrador ha fustigado a las poderosas empresas de Twitter y Facebook, no obstante que antaño las calificó como “las benditas redes sociales”.

    A lo largo de los años hemos atestiguado el fanatismo de indeterminadas sectas en muchas partes del mundo que han derivado en escenas macabras e inimaginables. Con Obrador, Morena –que no es un partido sino un movimiento ideológico– hemos presenciado ese misticismo político.

    Bajo la guía de Obrador –quien se ha asumido en una especie de “líder espiritual” de su movimiento– numerosos políticos, la mayoría de ellos impresentables se han acogido a la sombra del tabasqueño con un solo propósito: empoderarse, con el único fin de enriquecerse.

    Hasta ahora Morena controla veinte Congresos locales y siete entidades Puebla, Veracruz, Chiapas, Tabasco, Baja California, Morelos y la Ciudad de México. Además de 346 ayuntamientos. Eso significa una gobernanza en casi un tercio del país en términos demográficos.

    Los gobernadores de Morena se han caracterizado por abusos de poder, corrupción e ineptitud.

    En Puebla, Miguel Barbosa actúa como un auténtico virrey. Autoritario, corrupto y déspota. En Baja California, Jaime Bonilla se conduce sin freno. Mafioso, corrupto e incompetente. Cortados por las mismas tijeras en Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez; en Chiapas, Rutilio Cruz Escandón Cadenas y Adán Augusto López Hernández en Tabasco, son vivo ejemplo de su incompetencia, de la corrupción y de la impunidad. Y no se diga de Cuauhtémoc Blanco, en Morelos, uno de los peores y más corruptos gobiernos de Morena. De Claudia Sheinbaum su desdén, incompetencia y corrupción han marcado a su gobierno.

    En este carnaval de corrupción se encuentran la mayoría de los Delegados de los Programas para el Desarrollo, mejor conocidos como “superdelegados”, que tienen la encomienda de verificar la cobertura y aplicación de los programas sociales del gobierno del presidente Obrador. Muchos de ellos aspiran a gobernar los 15 estados en disputa en las próximas elecciones.

    Pero resulta que al menos 18 de estos “superdelegados” han sido denunciados por presuntos actos de corrupción, nepotismo, abuso de autoridad, mal ejercicio de recursos públicos y hasta abuso sexual, delitos que son investigados por la Secretaría de la Función Pública.

    De este enjambre de políticos, 14 superdelegados violaron el artículo 134 constitucional por realizar proselitismo a favor del presidente Obrador con el reparto de programas sociales, según consta en el expediente SER-PSC-71/2020, de diciembre de 2019, instruido por la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral Poder Judicial de la Federación.

    De acuerdo al Órgano Interno de Control de la Secretaría de Bienestar se encuentra abiertas varias denuncias en contra de al menos cuatro funcionarios investigados que dejaron su cargo en busca de la candidatura de Morena al gobierno de sus estados. Entre ellos se encuentra Lorena Cuéllar, la superdelegada en Tlaxcala; Juan Carlos Loera de la Rosa, delegado en Chihuahua; Índira Vizcaíno Silva, de Colima, y Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, de Guerrero.

    En el caso de Lorena Cuéllar de Tlaxcala, han circulado versiones de presuntas investigaciones en su contra de parte de la Unidad de Inteligencia Financiera y hasta la existencia de una denuncia de la Fiscalía General de la República por presuntos “moches” en el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro para “apoyar” la candidatura de la señora Cuéllar, a la que popularmente se le conoce como la “Dama de los Moches”.

    Fernando Lucio Celis, yerno de Lorena Cuéllar y otros operadores de la Secretaría del Bienestar han sido denunciados ante la FGR por “descontar” a los jóvenes dos mil 500 pesos de los tres mil 600 que reciben mensualmente.

    Como Lorena Cuéllar, la Secretaría de la Función Pública investiga a otros nueve delegados por mal uso de los programas sociales que tienen a su cargo: Aldo Ruiz (Aguascalientes), Juan Carlos Loera (Chihuahua), José Antonio Aguilar Castillejos (Chiapas), Índira Vizcaíno (Colima), Mauricio Hernández Núñez (Guanajuato), Rodrigo Abdalá (Puebla), Gabino Morales (San Luis Potosí), José Jaime Montes Salas (Sinaloa) y Jorge Luis Taddei (Sonora).

    Todos estos políticos de Morena embarrados por la corrupción y el nepotismo apelan a la figura del presidente Obrador para apoderarse de las candidaturas en disputa.

    Si las pasadas elecciones se dio una votación inédita por Obrador, habrá que esperar si en las de 2021 los electores ejercen un voto de castigo y entonces el barómetro social nos indicará con mejor precisión el referéndum del año 2022 cuando se decida la suerte de la permanencia de Obrador en el cargo y la posterior elección de 2024 donde el tabasqueño y Morena cosecharán lo que sembraron.

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