Seis puntos por los que el presidente AMLO considera que la Cuarta Transformación va por buen camino

    Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
     

    Construir una narrativa que diga que va a combatir a las organizaciones delictivas, llevaría a AMLO a reconocer que va a hacer lo mismo que sus predecesores.

    POR J. JESÚS LEMUS

    Bajo la convicción de que la Cuarta Transformación va por buen camino, este día en su acostumbrada conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador defendió su sintético informe de gobierno del pasado 1 de septiembre, en donde resume tres años de trabajo que apuntalan el proyecto de trasformación en México.

    Bajo la convicción de que “hay que asegurar, con la construcción moral, la nueva corriente de pensamiento que ahora se llama Guía Ética para la Transformación”, el presidente López Obrador justificó las acciones emprendidas durante la primera parte de su administración al frente del país, con las que aseguró hoy se gobierna para todos y no solo para una clase empoderada –la empresarial- que gozó de muchos privilegios durante el régimen que él cataloga como neoliberal.

    De acuerdo a la defensa que hizo de lo expuesto en su recién pasado informe de gobierno, el presidente de México consideró que la llamada Cuarta Transformación se finca en tres ejes fundamentales: no permitir la corrupción, establecer la preferencia por lo pobres y mantener la revolución de las conciencias.

    Bajo esa óptica resalta lo señalado en su tercer informe de gobierno, que en términos generales ha dejado un sentimiento de satisfacción en el grueso de la población -cansada por los actos de corrupción de al menos las dos administraciones pasadas-, en donde se refiere al “destierro de vicios y prácticas deshonestas en el manejo del gobierno”.

    Sin duda, la parte más alentadora del informe defendido este día por el presidente López Obrador es la que se refiere a la decisión oficial de “parar en seco la tendencia privatizadora; se dejó de entregar concesiones a particulares en minas, agua, hospitales, puertos, vías férreas, playas, reclusorios y obras públicas”. Pero, lo más importante, es que ya no hay privatizaciones en el sector energético dentro de los ramos de petróleo y electricidad.

    Soberanía Petrolera

    En este sentido, en el ramo energético, se distinguió la inversión destinada a la “modernización de las seis refinerías existentes; en tres años la inversión pública para este fin ha sido de 33 mil 581 millones de pesos”, lo que contrasta con el abandono que hicieron del sector petrolero los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, a fin de posibilitar la privatización del sector.

    Hay que recordar que al inicio del gobierno de López Obrador, las refinerías transformaban 511 mil barriles por día y ahora procesan 706 mil barriles; es decir, 38 por ciento más, lo que seguirá en aumento con el reinicio de la construcción de la planta coquizadora de Tula, Hidalgo, que ampliará la producción de esa refinería en 70 mil barriles diarios de combustibles.

    También sigue en marcha el proyecto de la nueva refinería de Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco, la que se estima concluir en julio del 2022, fecha en la que se podrán procesar 340 mil barriles de petróleo al día. Desde hace 42 años no se había construido una nueva refinería en nuestro país; la última fue la de Salina Cruz, Oaxaca, que empezó a operar en 1979.

    Entre los logros de la Cuarta Transformación, signo de la primera parte de este sexenio, destaca la compra de la refinería Deer Park, en Houston, Texas, con una inversión de 596 millones de dólares. Esta planta era propiedad compartida entre Pemex y Shell, desde 1993, cuando el presidente Carlos Salinas de Gortari optó por invertir en suelo extranjero en infraestructura para producir petróleo en lugar de construir una refinería en suelo mexicano.

    Con la compra de la refinería de Houston, ahora bajo propiedad completa de Pemex, México aumentara su producción de gasolinas, diésel y otros combustibles, en un promedio diario de 150 mil barriles, con lo que estima el presidente López Obrador que México se enfila de nueva cuenta hacia su soberanía petrolera.

    Al rescate de la electricidad

    Otro logro defendido por el presidente de México, es el que refiere a la soberanía en materia de generación de electricidad, en donde se pretende dar de nueva cuenta a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) una dimensión legislativa para que retome la rectoría en la materia, de la que fue despojada a través de la Reforma Energética del presidente Enrique Peña.

    En ese sentido, el gobierno de la Cuarta Transformación no ha quitado el dedo del renglón para lograr una reforma constitucional a corto plazo, “la que permitirá reparar el grave daño que causó la privatización al sector público y a la economía popular, pues mientras el mercado de esta industria se abrió para dar preferencia a empresas particulares nacionales y, sobre todo, extranjeras, las plantas de la CFE fueron completamente abandonadas”.

    Ahora, ha referido el presidente López Obrador, “estamos modernizando las plantas hidroeléctricas para reducir el uso de combustóleo y carbón en la producción de electricidad. La energía que se produce con agua es limpia y barata. De ahí que hayamos decidido cambiar turbinas antiguas por equipos modernos, lo cual nos permitirá aprovechar la infraestructura existente y el agua de los embalses para producir más electricidad sin construir nuevas presas, sin causar afectaciones y reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero”.

    En este sentido, la meta del gobierno federal, que ha causado aliento entre la población, es dotar a los mexicanos de un abasto público suficiente de energía eléctrica, “que no haya apagones y evitar, en los hechos, que los consumidores domésticos paguen la luz con tarifas más elevadas que las corporaciones empresariales y las grandes cadenas comerciales”.

    Marcha atrás a la inversión privada en obras públicas

    Uno de los puntos que más han sido aplaudidos por la población, en materia de inversiones en el sector público, es el que ha establecido como signo de su gobierno el presidente López Obrador, que refiere a dejar de lado la inversión de capitales privados en obras de servicio colectivo, que significaban grandes negocios para los empresarios.

    Se ha dejado de lado el esquema las llamadas APP (Asociación de empresas Público-Privadas) y Pidiregas (Proyectos de Inversión de Infraestructura Productiva con Registro Diferido en el Gasto Público) que no eran otra cosa que asociaciones del gobierno con empresarios, en donde con dinero del gobierno y del sector privados se ejecutaban obras públicas, las que al término quedaban bajo la administración de la iniciativa privada con beneficios económicos totales para los empresarios.

    Bajo ese esquema, durante los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, se construyeron carreteras, presas, hospitales, universidades, escuelas, acueductos, sistemas de drenaje, plantas de tratamiento de aguas residuales, puentes, refinerías, vías férreas, centrales eléctricas, aeropuertos, cuarteles, bibliotecas, parques, mercados, estadios y unidades deportivas, por cuya operación se pagaron millones de dólares a unos cuantos empresarios.

    Hoy, bajo el nuevo esquema de administración del gobierno federal, ya sin las mañosas figuras de Pidiregas ni APPs, se ejecutan esas mismas obras por parte del sector público, sin el oneroso gasto de pagos al sector privado, lo que ha representado en solo tres años de innovación un ahorro de más de 50 mil millones de pesos.

    Sin la participación del sector privado, hoy el gobierno federal lleva a cabo dos de las más grandes obras de infraestructura en los últimos 100 años: la construcción del Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” (AIFA), y el Programa Integral del Istmo de Tehuantepec (PIIT), este último para articular puertos, trenes y crear una vía rápida de comunicación entre países de Asia y la costa este de Estados Unidos.

    También sin la inversión del sector privado se avanza en la construcción del Tren Maya –una de las obras insignia de esta administración, la que busca llevar bienestar a la región de mayor riqueza arqueológica, cultural y turística del país y una de las más importantes de mundo.

    En la construcción del Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, el Programa Integral del Istmo de Tehuantepec y el Tren Maya, “se están generando 143 mil 137 empleos directos y 277 mil 049 empleos indirectos; para el año 2023 se llegará a 500 mil empleos directos y 350 mil indirectos, aproximadamente”, según refiere el Tercer Informe de López Obrador.

    México, entre los primeros con vacunas COVID-19

    Ante la situación extraordinaria que ha representado la Pandemia por COVID-19, nuestro país es uno de los primeros diez a nivel mundial que ha podido hacer un frente efectivo contra los contagios, según lo expone el presidente López Obrador en su informe. El número de decesos por COVID-19 podría ser por mucho mayor si no fuera por el programa de vacunación impulsado por el gobierno federal.

    Desde la óptica oficial, “se ha reducido considerablemente el número de hospitalizaciones y de muertes. La principal razón de esta disminución en la intensidad de la pandemia es el Programa Nacional de Vacunación, que ha funcionado con eficacia y ha llegado a todos los pueblos de México”.

    La gestión en el programa de vacunación ha hecho que México sea uno de los primeros 15 países con mayor cantidad de vacunas: se han recibido 103 millones 296 mil 665 dosis de vacunas de las marcas Pfizer, Sinovac, Sputnik, AstraZeneca, Johnson & Johnson, Cansino y Moderna. Esto ha sido gracias al apoyo de farmacéuticas y gobiernos extranjeros que se han solidarizado con México, entre los que destacan Cuba, Argentina, Rusia, China, India y Estados Unidos.

    Hasta el informe del tercer año de gobierno de López Obrador, ya se ha vacunado, al menos con una dosis, al 65 por ciento de la población, y se estima que en octubre próximo la totalidad de los habitantes mayores de 18 años tendrán cuando menos una dosis, “a fin de que lleguemos mejor protegidos al invierno, que es la temporada en la que se presentan con mayor frecuencia las enfermedades respiratorias”.

    El campo y la economía doméstica, como nunca

    Otro avance del gobierno federal que denota al menos optimismo entre las clases sociales más necesitadas, es el relacionado al campo y a la economía de las familias de los trabajadores, en donde -como no ocurría desde hace muchas décadas- se están recibiendo apoyos directos que se reflejan en la economía diaria.

    En materia de apoyos al campo, en lo que hace a la producción agropecuaria, esta aumentó dos por ciento; el sector industrial se observa en franca recuperación, al igual que el comercio, el turismo, el sector restaurantero, la aviación y otros servicios. “Casi todos los pronósticos para este año coinciden en que la economía crecerá alrededor del 6 por ciento”.

    La inversión extranjera en el primer semestre del 2021 fue de 18 mil 433 millones de dólares, un 2.6 por ciento mayor a la registrada en el mismo período del año pasado y la más alta en la historia del país. “No hemos contratado deuda pública adicional; el peso no se ha devaluado durante los primeros dos años y nueve meses del sexenio”, dice el texto del informe defendido este día por López Obrador.

    También, como no había sucedido en tres décadas, el salario mínimo ha aumentado en términos reales, en un 44 por ciento, algo que no había ocurrido en más de 30 años. Hoy con un salario mínimo se pueden comprar 7.7 kilogramos de tortillas. Cuando López Obrador asumió la presidencia, un salario mínimo alcanzaba para comprar solo 5.8 kilogramos de tortillas.

    El sostenimiento de la economía familiar también se refleja en que no han aumentado en términos reales los precios de las gasolinas, el diésel y la electricidad; el gas ha subido por encima de la inflación, “pero pronto vamos a corregir ese aumento, pues ya iniciamos la venta a precios justos de cilindros del Gas Bienestar”, ha referido el presidente.

    En términos de macro economía, también los saldos parecen alentadores; el índice de la Bolsa de Valores ha crecido en 28 por ciento, como nunca en su historia; la inflación, aunque recientemente aumentó, ya se mantiene estable, se ha reducido en un 3.5 por ciento la tasa de interés que fija el Banco de México, institución que tenía a fines de la administración pasada reservas por 173 mil 775 millones de dólares y que actualmente ascienden a 205 mil 391 millones de dólares, lo que significa un incremento del 18 por ciento.

    En plena pandemia han crecido los empleos; se han creado 1 millón 202 mil 691 empleos y solo faltan 192 mil 713 para recuperar a los asegurados que había en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) antes de la crisis sanitaria y que sumaban 20 millones 613 mil trabajadores, “un objetivo que alcanzaremos en los próximos dos meses”, estima el presidente.

    A esto se agrega que México sigue siendo uno de los principales países con mayores remesas extranjeras; el dinero que envían a sus familiares los mexicanos radicados en el extranjero ha alcanzado niveles récord; el año pasado las remesas se elevaron a 40 mil 600 millones de dólares y en este año, de acuerdo al comportamiento hasta el día de hoy, las remesas ya superarán los 48 mil millones de dólares, es decir, un 18 por ciento más. Recién acaba de dar a conocer el Banco de México que las remesas de julio alcanzaron los 4 mil 540 millones de dólares. Es una cifra récord mensual.

    La delincuencia a la baja

    Pero sin duda uno de los aspectos, aunque polémicos, que más refiere el gobierno federal como logros de la Cuarta Transformación, es el referente a la seguridad pública que asegura va a la baja, aunque esta aseveración se sigue cuestionando desde la oposición, en donde se refiere que a mitad del sexenio ya se han acumulado más de 87 mil decesos violentos.

    Para el gobierno federal, se mantiene la perseverancia en el combate a la delincuencia: en lo que va del gobierno del presidente López Obrador, se refiere que se redujo el robo de combustibles, el llamado huachicol, en 95 por ciento. Los homicidios han bajado en 0.5 por ciento, en tanto que el robo de vehículos ha disminuido en 28 por ciento.

    Las cifras oficiales también refieren que otros delitos de alto impacto, como el secuestro, bajó en 18 por ciento, tal como ha ocurrido en casi todos los delitos del fuero común y federal. “En suma, de 11 delitos considerados como de mayor impacto, solo tres han presentado aumentos; el feminicidio, que creció en 13 por ciento; la extorsión, que incrementó en 28 por ciento, y el robo en transporte público individual, que creció 12 por ciento”.

    Aunado a esto, también se lleva un importante combate a la corrupción, como no se había visto antes: se está limpiando de corrupción a instituciones como CONAGUA (donde se administra el agua del país), CAPUFE (el organismo encargado de cobrar peaje en carreteras), el Instituto Nacional de Migración, el SAT (encargado del cobro de impuestos) y las aduanas.

    Sobre estos temas en particular, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en su conferencia de este día, que lo que se explica en el Tercer Informe de Gobierno es apenas un bosquejo de las acciones oficiales. Refirió que para mayor abundancia de datos se puede consultar el libro de su autoría “A la Mitad del Camino” (Planeta, 2021), un texto de 328 páginas que apenas el 1 de septiembre salió a librerías y que se agotó en su primera reimpresión en solo cinco días.

     

    Las opiniones y comentarios aquí vertidos no son responsabilidad de conceptouno.tv sino de quien las emite.

    Suscribete al boletín

    ©2019 ConceptoUno - Todos los derechos reservados.

    Please publish modules in offcanvas position.