Supremacismo, la herencia de Donald Trump

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    BERNARDO BARRANCO

    El supremacismo blanco se puede presentar como una ideología política o una religión. La supremacía de la raza blanca es un conjunto de dogmas que sustentan a las personas blancas como superiores a todas las otras razas y etnias. Por tanto, tienen el derecho del dominio político, económico, racial y religioso. Dicha supremacía blanca combate a otras etnias como los afroamericanos, latinos y judíos.

    En Estados Unidos, dicha hegemonía blanca la encontramos desde los orígenes de la nación al justificar la extinción de los grupos originarios y amparar la esclavitud. A pesar de los históricos movimientos por la igualdad y defensa de los derechos humanos de las minorías, el supremacismo persiste en el sustrato de un país marcado por las continuas olas migratorias de todo el mundo. Un importante repunte de la preponderancia racial blanca se mostró en las elecciones de 2016 con el advenimiento de la administración de Donald Trump.

    Protegidos por la Constitución estadounidense y alentados por Donald Trump, los grupos supremacistas blancos han proliferado en Estados Unidos. La Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos establece que "el Congreso no promulgará ninguna ley que afecte el establecimiento o prohíba el libre ejercicio de una religión, ni que restrinja la libertad de expresión o de prensa”, estos movimientos han venido creciendo en poder organizativo y logístico, según el Southern Poverty Law Center (SPLC), una organización especializada en analizar el extremismo en los Estados Unidos.

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    Estas organizaciones de ultraderecha supermacistas agrupan a diversos grupos neonazis que abrigan un amplio espectro de odio. El SPLC define diez categorías diferentes, que van desde los nacionalistas blancos, hasta el Ku Klux Klan; incluidos los neoconfederados y los skinheads racistas. También agrega grupos antiLGBT, grupos de odio anti-musulmanes, así como cristianos ultraconservadores. Uno de los ideólogos de este deplorable proceso es Steve Bannon, el polémico ex asesor estratégico de Donald Trump y sujeto de muchas teorías conspirativas. Según estudios la mayor animadversión de estos grupos se dirige hacia los musulmanes, mexicanos y judíos.

    La supremacía blanca no solo es el activismo de agrupaciones de odio, sino un sistema político, económico y cultural imperante en el que los blancos controlan el poder y los recursos. Desde luego que es un factor de polarización en una sociedad dividida. Este es uno de los mayores retos del nuevo presidente Joe Biden que aspira a la unidad y a la reconciliación del país.

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