ATENDER LAS FINANZAS DEL PAÍS Y MEJORAR LA SEGURIDAD.
Ricardo Caballero de la Rosa
Uno de los puntos de alerta del gobierno de la 4T es la actual recesión económica por la que atravesamos. Aunque esta situación puede explicarse de varias maneras, el examen más punzante consiste en señalar que este estancamiento es resultado de factores internos, por lo que por vez primera desde 1994 la contracción parece no responder a una crisis externa, a pesar de que tendencialmente la economía mundial registre una disminución en su ritmo de crecimiento.
Lo anterior significa que las decisiones que se han adoptado han dejado de ofrecer certidumbre y dirección a los inversionistas, en tanto que la gestión de las finanzas públicas no ha sido la óptima. La cancelación de proyectos y la incertidumbre en el destino del sector petrolero, han despostillado la confianza del sector privado.
Aunque la dinámica del mercado interno será el principal motor de la economía, los datos exhiben una desaceleración pronunciada en sectores relacionados con el mercado interno, como el comercio al mayoreo, los servicios de gobierno y la construcción, en tanto los Estado Unidos continúan creciendo y las remesas presentan entradas históricas.
Es en este contexto que el presidente de la Asociación Mexicana de Bancos (ABM), Luis Niño de Rivera, ha advertido que lograr la ejecución de proyectos y aumentar la inversión pública y privada son dos de los factores que podrían impulsar la economía nacional.
Para este dirigente empresarial se convierte en prioritario saber dónde invertir, hacerlo de manera inmediata y ejecutar una política de gasto más efectiva.
Así, para Luis Niño de Rivera se requiere que se defina en forma puntual dónde habrán de invertirse los recursos de los entes públicos y privados. Además, que para detonar las inversiones los proyectos requieren evitar el pasar por un filtro complicado de aprobación, es decir, ejecutar proyectos de manera rápida. Asimismo, se considera necesaria la decisión del gobierno federal para que éste utilice los recursos del presupuesto.
Hay una coyuntura externa favorable que se ha traducido en que las cifras preliminares de la Inversión Extranjera Directa (IED) revelan que de enero a diciembre de 2019 se captaron 32 mil 921 millones de dólares, lo que representó un incremento de 4.16% en comparación con los 31 mil 604 millones de dólares recibidos en 2018, según datos dados a conocer por la Secretaría de Economía.
Un campo que no debiera descuidarse es el de las finanzas públicas, ya que éste no va del todo bien. Respecto a 2018, los ingresos por el impuesto sobre la renta disminuyeron -2.2% y los del impuesto al valor agregado lo hicieron -2.3%. En conjunto, estos gravámenes representan cerca del 82% de los ingresos tributarios no petroleros. Debido a ello, es prioritario fortalecer la capacidad de recaudación sin utilizar mecanismos fiscales que generen temor para las pequeñas y medianas empresas, así como pánico entre las personas físicas.
Otro ámbito que deberá atenderse en lo inmediato es la inseguridad y avanzar en la meta de reducir la violencia. Es urgente en este sentido consolidar a la Guardia Nacional. No se pierda de vista que la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes es cercana a 30 y que el 2019 cerró con 34 mil 582 asesinatos según datos dados a conocer por el secretariado ejecutivo del sistema nacional de seguridad pública. Además, la crisis de feminicidios comienza a visibilizarse como un problema estructural y está repercutiendo en el gobierno, pues cada día 10 mujeres son asesinadas en el país por el simple hecho de pertenecer a ese género y entre 2014 y 2018 la tasa de feminicidios se incrementó un 111%.
En este 2020 será fundamental atender la recesión con más inversiones, dar un perfil distinto a las finanzas públicas, incluyendo su perspectiva de federalismo fiscal, y avanzar en la consolidación de la estrategia de seguridad pública. Lograrlo es necesario para que los ciudadanos, los inversionistas y las personas aumenten su grado de confianza en un país que requiere capacidad de gobierno, certeza fiscal y menos violencia, sobre todo el cuidado de las mujeres y sus proyectos de vida.
