ESTRATEGIA AGUDIZARÍA LAS DESIGUALDADES EDUCATIVAS.
Ricardo Caballero de la Rosa
La pandemia por COVID-19 ha implicado innovar en toda actividad. En el caso de la educación, el gobierno de la 4T apostó por la televisión. Con esta decisión quedan atrás las descalificaciones hechas a propietarios de estos medios televisivos por parte de Andrés Manuel López Obrador y da inicio una alianza que busca activar una nueva fase educativa.
Habría que entender que el margen de maniobra del gobierno federal era limitado y que la educación debía continuar no obstante la emergencia sanitaria, por lo que el camino de la televisión era tal vez el más indicado, a pesar de las pláticas y trabajos previos que se había hecho con Google.
También habría que entender la necesidad de las propias televisoras de acercase al poder y ser parte del eje dominante con una alianza gubernamental.
No sólo se ha criticado la cercanía política que el acuerdo educativo con las cuatro poderosas televisoras implica, como ayuda a Morena para evitar que pierda las próximas elecciones, sino también los efectos que en la educación tendrá la estrategia, pues la televisión, no obstante su alcance nacional, es una propuesta de enseñanza fría, con un formato unidireccional y unidimensional, que no permite la interacción ni la retroalimentación e imposibilita el empleo de las herramientas didácticas modernas.
Al parecer, en la estrategia no habrá el auxilio de herramientas digitales y se trabajará con la televisión, a través de la cual se llegará a 26 millones de pasivos alumnos con metodología y proceso de enseñanza utilizados en la década de los sesenta del siglo pasado, sin posibilidad de que los procesos pedagógicos brinden la oportunidad de basar la educación sobre bases significativas, de creación, intercambio, reflexión y crítica individual y colectiva.
Al decidirse por la estrategia analógica y dejar fuera la plataforma digital, las desigualdades, inequidades y rezagos educativos tenderán a ensancharse y a complicar la alfabetización digital, debido a que no todos los alumnos tienen acceso a la televisión, aunque el porcentaje de cobertura es mucho mayor al de Internet. Además, el modelo educativo empleado no menciona la utilización del acompañamiento, necesario sobre todo en la educación básica.
La decisión ha dejado fuera a los maestros, sin cuya participación no podrá llegarse de manera amplia a todos los alumnos como lo hace la enseñanza presencial. Esta situación conlleva la definición y alcance de los contenidos que estarán al aire y su vinculación con nuestra cultura e historia, lo que significa reinventar el modelo educativo y buscar la forma de insertar en éste a los maestros.
Más que otra decisión, ésta tiene implicaciones directas sobre la actual generación de mexicanos jóvenes que podrían ver comprometido su futuro inmediato.
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