HAY AÚN TEMAS PENDIENTES EN LOS QUE DEBEMOS AVANZAR COMO PAÍS.
Ricardo Caballero de la Rosa
Desde 1975 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemora el día internacional de la mujer. En nuestro país se llevó a cabo la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, del 19 de junio al 2 de julio de 1975, durante el año internacional de la mujer. La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró dos años después oficialmente el día 8 de marzo como el día internacional de la mujer.
Desde entonces mucho se ha avanzado en todos los frentes para hacer de la igualdad un principio y una práctica cotidianas. A este respecto, el INEGI publicó datos relevantes que hablan de este proceso:
· De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México hay 64 millones 540 mil 634 mujeres, cifra que equivale al 51.2% de la población total.
· Del total de la población ocupada de 25 años y más que se desempeña como funcionario y directivo de los sectores público, privado y social, 39.0% son mujeres.
· En 2018, 40.7% de las judicaturas y magistraturas en los juzgados y tribunales superiores de justicia estatales estaban a cargo de mujeres. Además, el 48.2% y 49.2% de las posiciones en la Cámara de Diputados y en el Senado estaban ocupadas por mujeres. Asimismo, en los ayuntamientos el 44.9% fungían como regidoras, síndicas o presidentas municipales.
· Las mujeres son propietarias de un tercio (36.6%) de los establecimientos micro, pequeños y medianos de manufacturas, comercio y servicios privados no financieros (MIPYMES).
· Las mujeres propietarias contratan más mujeres para trabajar (dos mujeres remuneradas por cada hombre) y 86.1% de su personal permanece empleado durante todo el año.
· La brecha de género en la carga total de trabajo (remunerado y no remunerado) es de 13.4 horas semanales en promedio. La mayor carga de trabajo para las mujeres se refleja en menor disposición de tiempo libre: en promedio 4.2 horas a la semana.
Estos datos ilustran el peso e importancia demográfica de las mujeres, en la toma de decisiones en las organizaciones, en las posiciones de poder del país, en la producción que más genera empleo, sobre todo para mujeres, y en el tiempo laboral, variable en la que aún debemos trabajar como nación.
Hay otros rubros pendientes en los que el país debe profundizar. Uno de ellos es la violencia de género, particularmente en el ambiente social y muy marcado en el contexto familiar. Aún las parejas o exparejas de las mujeres siguen siendo los principales agresores y eso es un tema que lastima las relaciones de familia.
Un aspecto derivado es la violencia, maltrato y discriminación hacia las mujeres pertenecientes a los grupos y poblaciones indígenas, lo cual habla de la importancia de proteger y desarrollar a nuestros pueblos originarios de manera permanente en todo el país.
Otro aspecto es cultural y simbólico, en el cual siguen presentándose esquemas machistas que agreden los principios igualitarios entre mujeres y hombres.
México, las entidades federativas, los municipios, las empresas y las familias, las organizaciones sociales y los ciudadanos, todos juntos, debemos seguir fortaleciendo la presencia, valor, trabajo y creación de las mujeres. Además, en una perspectiva de igualdad creciente, debemos avanzar como nación para mejorar el trato y los derechos humanos y ciudadanos hacia las mujeres y reducir los niveles aún altos de violencia y discriminación. Hay mucho por hacer.
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