LA INVERSIÓN PÚBLICO-PRIVADA: TEMA SENSIBLE.
Ricardo Caballero de la Rosa
Como lo comentamos la semana pasada, nuestra economía creció en el primer trimestre del año 0.8% con respecto al periodo octubre- diciembre de 2020, resultado que cambió las expectativas de los actores económicos y políticos puesto que se esperaba que el crecimiento reiniciara hacia el segundo trimestre del año.
La reacción gubernamental fue inmediata. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) elevó su estimación para este año y señaló que la economía podría crecer en alrededor de 6.5%, debido a que el PIB del primer trimestre fue positivo y que el plan de vacunación avanza y cada vez se tiene mayor impacto en la reapertura de sectores, así como una disminución en contagios y fallecimientos.
Así, para el gobierno federal el nuevo “piso” de crecimiento para este año es de 6%, lo que es positivo para que la economía retome su nivel de antes de la pandemia. En esta misma situación, el Banco De México planteó sus previsiones para el PIB de México en tres escenarios. En el panorama central, prevé que la economía nacional avance 6% en 2021. En el escenario más optimista, el alza podría ser de 7%, mientras que en el extremo pesimista, el rebote sería solo de 5%.
Para 2022, la institución aludida considera que la economía podría crecer 3%. Ante la incertidumbre que aún persiste por la pandemia, esa cifra podría moverse en un rango de 2% hasta 4%.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) mejoró en medio punto porcentual su pronóstico para 2021 y pasó a 5%, mientras que para la firma Goldman Sachs y Barclays el alza podría tener un alcance el 6%.
Aunque las expectativas van mejorando, no hay que olvidar que ya van dos años consecutivos en México con contracciones en materia de inversión. En efecto, según datos recientes del INEGI, la inversión en el país cayó -18.3% durante el 2020, mientras que en 2019 también había retrocedido- 4.6%. La caída observada el año pasado es la más pronunciada desde 1995, año en que la inversión nacional disminuyó -35.9% respecto al año anterior.
Además, los niveles de inversión en México han mostrado avances ligeros en los años previos: en 2016 ésta creció apenas 0.9% en el año, en 2017 cayó -1.1% y en 2018 repuntó en menos de un punto porcentual durante todo ese año (0.9%).
El sector privado ha puesto énfasis en este hecho y ha recordado que esta es una valiosa oportunidad para acompañar al crecimiento con mayor inversión. Así, para el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, la inversión privada y pública ha caído 2 puntos porcentuales en lo que va del actual sexenio, por lo que es menester mejorar su perfil y elevar considerablemente su monto a través de un cambio de discurso y una estrategia que la promueva mejor, sobre todo para aprovechar la mejoría mostrada en los Estados Unidos.
De ahí que para el sector empresarial no debe confundirse la recuperación con la reactivación, pues si bien existen muestras de que el consumo va mejorando y la actividad industrial creciendo, entre otras variables, eso no es resultado de que la economía está reactivada, porque para ello habrá que crecer al 16% anual, situación que nunca ha ocurrido.
En conclusión, en opinión del sector privado, para que la economía crezca 4% anual, la inversión público-privada como proporción al PIB debe ser de 25% y actualmente nos encontramos en niveles de 18%, un gran trecho que deberá atenderse.
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