Los cárteles partidistas

    Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
     

    Domingo, Abril 2, 2023
    Xavier Gutiérrez

    Van y vienen en pos de botín, sin una pizca ideológica de por medio

    Los cárteles partidistas

    ¿Por qué se va la gente de los partidos?

    Con sentido común se podría decir que se van cuando ya no caben. Pero ya no caben, no en sentido de número o espacio, sino en cuanto a ideas, principios, aspiraciones.

    No es el caso de México.

    La razón de espacio hay que descartarla. Los partidos en nuestro país hace muchísimo que están flacos, tan escuálidos como el burro que murió de aburrimiento hace mucho en el zócalo de Tecali. Los partidos y sus padrones están inflados, que es otra cosa. Se inflan para efectos electorales, legaloides, no en el sentido ortodoxo de agruparse en torno a doctrinas, ideas o causas.

    En el caso del PRI fue en los años ochenta cuando se dio una fractura y luego una diáspora importante.

    Un grupo de notables militantes, entre quienes estaban Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y Rodolfo González Guevara, entre otros, se separaron del tricolor y luego fundaron corrientes y partidos que empujaron avances democráticos importantes en el país. En muchos sentidos, el tiempo les dio la razón.

    Su ruptura fue en demanda de mayor democracia, participación más libre, transparencia en los procesos internos y compromiso con las banderas genuinas del país.

    Ese tipo de disidencias se ha repetido luego en todo el país, con pequeños grupos o figuras aisladas. Han sido discrepancias con causa, rebeliones con aspiraciones y reclamos democráticos.

    En buena medida son la expresión de una ideología que chocó con las cúpulas del PRI.

    En otros casos la motivación no fue de abajo hacia arriba, sino de la cima hacia las bases. Los intereses de la cabeza dominante buscaron imponer compromisos a sus militantes y estos en abierta rebeldía reaccionaron contra la antidemocracia y rompieron, abandonaron a su partido o le ganaron a la voluntad centralista.

    Todo esto fue en el pasado.

    Hoy los miembros de los partidos se van exclusivamente por chambismo.

    Aquí, allá o acullá, no se exagera si decimos que no pasa de los dedos de dos manos el número de militantes que abandona a su partido por razones de tipo ideológico.

    La ideología ni la conocen. Llegaron ayer como moscas al panal. Fueron por puestos, dinero, negocios o trafico. Llegaron con un padrino, pariente o el pastor o jefe de una mafia. Ahí armaron redes, complicidades y familias de secuaces.

    Escalaron puestos, saquearon presupuestos, formaron cofradías de cresos y multiplicaron este modus operandi.

    Son como cárteles de la política.

    Porque esta estrategia no hace distingos de partidos. Lo mismo ha ocurrido en PRI, PAN, PRD y buen número de quienes hoy actúan y hablan por Morena.

    Las oleadas de convenencieros que hoy vemos, “cargadas” se les llamó en el pasado (con erre, claro, aunque bien se podría prescindir de esa letra) proceden con una suerte de cinismo militante. Llegan en marabunta, hacen montón, corean, aplauden y matraquean buscando más adelante una jugosa osamenta.

    En eso que llaman política a la mexicana, son especímenes de la más baja estofa.

    Hoy se cambian de chaqueta, hoy traicionan; ayer traicionaron, habrán de traicionar mañana. Si se encuentra alguno y lo saluda… después ¡cuéntese los dedos!

    Ayer portaban la casaca tricolor, o la azul, o la amarilla, da igual, no tienen valor, tienen precio que es distinto.

    A veces el precio no es más que un plato de lentejas.

    ALFORJA

    Impulso a la inversión. Una reunión de impacto y trascendencia y seguramente de frutos económicos para Puebla se efectuó el viernes pasado. La encabezaron el senador Alejandro Armenta y el Embajador de China en México, Zhang Run. Ambos reunieron a una treintena de inversionistas chinos y a unos trescientos empresarios poblanos, aparte de representantes académicos y culturales.

    Intercambiaron puntos de vista sobre el momento que viven hoy los dos países y anunciaron planes. Los hombres de empresa de Puebla anunciaron que preparan una misión local que viajará próximamente a aquella nación y el embajador ofreció múltiples contactos y facilidades para incrementar el intercambio comercial, que hoy favorece a México.

    Raúl Padilla y el poder. Raúl Padilla era en Jalisco, para efectos de una comprensión sencilla, una especie de cacique cultural, contrapeso de los gobernadores desde hacía un par de décadas

    En épocas recientes, era el dolor de cabeza del gobernador de aquella entidad,Enrique Alfaro.

    Era la cabeza de la Universidad de Guadalajara y de la Feria Internacional del Libro (FIL) esto último un símbolo importante de la cultura de México ante el mundo, trinchera que Padilla había usado más de una vez como misil para sus fines políticos y económicos y, en el actual sexenio contra López Obrador y Morena.

    Tal cacicazgo generó un emporio económico y era factor político importante en esa zona del occidente del país. Si hubiera que hacer una especie de traducción gráfica de su influencia, habría que imaginar que era como Moreno Valle ante la llegada de Miguel Barbosa a Puebla.

    Era, pues, el Moreno Valle de Enrique Alfaro. Este sábado se suicidó. Hoy ya no está.

    Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

     

     

    Las opiniones y comentarios aquí vertidos no son responsabilidad de conceptouno.tv si no de quien las emite.

    Suscribete al boletín

    ©2019 ConceptoUno - Todos los derechos reservados.

    Please publish modules in offcanvas position.