¿Venta con olor a corrupción?; Claudia vs. Claudio

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    Viernes, Mayo 19, 2023

    Xavier Gutiérrez

    Un olor a corrupción delata la famosa venta del terreno para construir la futura sede del Congreso.

    El tablero de la información política electoral se mueve incesantemente.

    Aquí brinca el asunto del terreno para construir la futura sede del Congreso del Estado.

    Si no es un negocio urdido en las alcantarillas, huele a podrido.

    Si no es una costosa e inútil operación con dinero público, ejecutada con huellas de trafiques, sobreprecios y comisiones, de olor pestilente, no se ve cómo le puedan poner un traje inmaculado.

    El olor a corrupción delata la famosa venta del terreno comprado en 9 millones y “vendido” al gobierno estatal en 86.

    El protagonista central de la venta lo dice todo: Jorge Estefan Chidiac.

    El mismo a quien el líder del PRI, ‘Alito’ Moreno, dijo haberle vendido la diputación que ostenta en diez millones de pesos. El mismo a quien los medios hicieron famoso por el manejo de moches millonarios desde la Cámara de Diputados.

    Si él figura en el centro del controvertido asunto, el ambiente no puede tener el aroma de las rosas.

    Para empezar, la construcción de una nueva sede del Congreso no es ni necesaria ni urgente. Múltiples necesidades sociales en el estado reclaman atención y recursos. Lo que parece una emergencia inminente grita atención: arreglar rutas de salvamento y crear albergues para los habitantes de los pueblos amenazados por el volcán.

    Pero junto con ello, la seguridad. O más preciso: la inseguridad. Las carreteras poblanas siguen en posiciones de liderato entre las más inseguras del país por la frecuencia de robos y asaltos, y no se ve estrategia alguna que ponga el remedio.

    Y a esto agregue las demandas del magisterio y la burocracia para aumentar justamente el presupuesto al ISSSTEP, el apoyo a la educación y el arreglo de carreteras.

    El diputado panista Rafael Micalco lo puntualizó claramente y sin ambages: Que se abra una investigación para ventilar públicamente tres puntos: la fundamentación de la compra del predio, el contexto de la adquisición y quiénes son los protagonistas.

    Una salida saludable y, literalmente salomónica del gobernador Sergio Salomón Céspedes, sería frenar la sospechosa operación que destila olores a tráfico de influencias, uso de información privilegiada y conflicto de interés.

    ¿Qué necesidad tendría el gobernante de mancharse las manos avalando un negocio con dinero público?

    ¿Qué necesidad hay de que este asunto escale la espiral del escándalo, como tantos en el país, y sea ventilado en la Mañanera del presidente López Obrador?

    ¿Qué no han leído la evolución y desenlace del asunto aparentemente menor del conflicto Marín-Cacho?

    ALFORJA

    ¿Claudia contra Claudio? La lectura de los tiempos políticos, encuestas y estrategias, apunta la no remota posibilidad de que esto sea más que un juego de palabras. Expliquémonos: si en efecto, Claudia Sheinbaum resulta la candidata presidencial de Morena, se habrá de enfrentar al estratega y líder real de la oposición en el país, Claudio X. González.

    No es una suposición, es realismo puro. Los dirigentes de los partidos se sabotean recíprocamente, anteponen sus intereses a su alianza, no perfilan ni candidato serio y carismático ni programa consistente. El fantasma de la ruptura o traición ronda sobre sus cabezas.

    Y frente a ellos, o por sobre ellos, sólo hay un operador que saca la cabeza y lleva la batuta: el empresario Claudio X. González, quien invierte recursos propios en una confrontación personal con el Presidente.

    Pero a eso hay que añadirle la bocanada de oxígeno que les llega de Estados Unidos a tales agrupaciones de la sedicente “sociedad civil”: esta semana se anunció que serán 75 millones de dólares los que destinará el gobierno de Joe Biden en 2024, a las asociaciones mexicanas que “luchan por la democracia”. Nada mal para arrancar la campaña presidencial…

    CUATRO POBLANOS. Sí, resulta curioso que cuatro poblanos están en la cúspide del poder del país y, para bien o para mal, sus nombres y actitudes tienen y tendrán repercusión en la historia presente y los días por venir.

    Nos referimos a Alejandro Armenta, Nacho Mier, Blanca Lilia Ibarra y Beatriz Gutiérrez Müller. Los primeros figuran activamente en pos de la gubernatura, Blanca, a su modo, mantiene un duelo con el gobierno federal con el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) y su discutido futuro; y Beatriz, en su calidad de esposa del Presidente, sin duda ejerce una influencia sumamente importante en los hechos y dichos del mandatario.

    Es importante seguir sus pasos e interpretar movimientos.


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