Domingo, Julio 2, 2023
Por Xavier Gutiérrez
Casi seguramente Xóchitl Gálvez será la candidata presidencial de la oposición.
Santiago Creel se quedará en una segunda posición. Por voluntad propia o de quienes toman decisiones en ese flanco. Los demás se irán y los organizadores les dirán, simplemente, “gracias por participar”.
La lectura de los hechos recientes, con sentido común, así lo apunta. La verdad no se requiere mucha ciencia. Por supuesto, seguirá la estrategia presentada con foros, firmas, recorridos y debates. El show debe continuar.
Pero la medición de entrada por parte de los mercadólogos y equipos consultores que asesoran al empresario Claudio X. González lo decidirá así.
Sin duda han hecho una proyección del arranque, los hechos, el potencial de la senadora y la han puesto al frente de la estrategia. La evaluación es científica. Toman el pulso, la temperatura, actitudes y reacciones.
Hemos visto también, hablando claro, que los partidos son los dueños de la casa, el equipo, el mobiliario, son la aduana para el acceso a la vida pública. Pero no son quienes toman las decisiones.
Se suele decir que la política es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos. Y así es. Se advierte claramente que existe un grupo poderoso que comanda don Claudio y que en la práctica está por encima de PAN y PRI, para este efecto operadores simples del estratega mayor y su equipo.
El núcleo de Claudio y su cuarto de guerra quizá es un consejo de no más de diez, con ramificaciones claro está. Ellos ponen capital, estrategias y compran todo lo comprable.
Buscan en estos tiempos previos a las elecciones quién represente apropiadamente sus intereses. Y lo buscan con seriedad, con rigor, sea quien sea. Entre los candidatos del poder y entre la oposición. Juegan en dos o más frentes. Y ahí le meten su dinero. Ahí juegan sus apuestas.
El poder es frío. Está más allá de las ideas, de la ideología, de lo romántico. Es triste, sí, pero es real.
Y por supuesto que pueden jugar en dos canchas. Desde el poder y desde frente al poder.
El espectáculo mediático es otra cosa. Ahí también hay actores, directores tras bambalinas, todos juegan sus intereses. Todos responden a una estrategia en penumbra, tras bambalinas. Pero con la dirección ya referida, de donde fluye el capital en esta etapa.
Los partidos hacen lo suyo. Siguen un guion previamente acordado. Por lo menos en la gran estrategia. Claro, llega a haber discordancias, disparos aislados, desacuerdos de poca monta. Pero el gran diseño se cumple.
En este momento Morena tiene el poder y los hilos de ese poder. Tiene bajo control los resortes que mueven el telón, los accesos, a los actores y en buena medida las reglas del juego. Pero los otros factores de poder no están maniatados ni participan con los brazos cruzados. Intervienen de modo frío e inteligente en el poder y en la competencia.
Al final siempre ganan posiciones de cercanía con el poderoso triunfador. Al concluir, lo hemos dicho otras veces, se parecen al poder eclesiástico: invariablemente tiene dos velas prendidas.
Los prolegómenos del arranque los estamos viendo. Los candidatos del poder se mueven. No son cinco o seis como se dice. Son dos únicamente, Ebrard y Sheinbaum. El resto es parte del cortejo que el diseño superior marca. Ellos barbechan su propia parcela. Al final se acomodarán.
Con el banderazo y la primera evaluación de los patrocinadores, los ocultos y los visibles, Xóchitl ha arrancado vertiginosamente. Incluso ha arrumbado el lenguaje procaz. Ha operado un cambio casi mágico en su imagen. Luce bien en la miríada de entrevistas que le ofrecen generosa y de manera múltiple los medios.
Ha mostrado inteligencia y sagacidad frente a la oportunidad de oro que se le presenta. Se maneja con corrección y capitaliza con inteligencia todos los errores que ha cometido el poder.
Y lo hace sin insultar, incluso sin insolencia. Le han dicho que acentúe el comedimiento, y así procede. Es una mujer disciplinada y se aplica con brillantez. En esos puntos finos sus propagandistas la contrastan con el Presidente y obtiene magníficos dividendos.
Tomando en cuenta estos factores, Gálvez resulta infinitamente superior a Ricardo Anaya, quien se mostró todo el tiempo como un atildado tirapiedras en la campaña presidencial pasada.
Tiene la senadora otro muy valioso aliado que, involuntariamente la ha catapultado y hecho crecer: el Presidente mismo. Él no es del todo acertado frente a un adversario con las características de esta dama.
La irrupción de la senadora hidalguense en la escena seguramente empujará un cambio en la postulación del candidato presidencial del poder. Ahí también se acomodarán las cosas, más allá de las formas, reglas y protocolos diseñados y en marcha que hoy se ven en la superficie.
Pero vendrá la etapa inevitable: la campaña y su costo. Si damos por hecho que Xóchitl será la abanderada de la oposición, ella tendrá que pisar indefectiblemente el fangoso terreno de los subsidiadores de campañas. El pasadizo de la corrupción que mancha el plumaje del cisne más níveo, así provenga del cielo. Los empresarios que buscan amarrar compromisos en campaña para cobrar ya en el gobierno.
Esa etapa deja terribles abolladuras. Y el gobierno tiene en la mano una poderosa lupa y los órganos de inteligencia para revisar todo, absolutamente todo.
Y, la etapa final y decisiva: los votos. Hasta hoy todas las encuestas pronostican un triunfo de Morena en la contienda presidencial. Por importante que resulte un candidato opositor, es muy poco probable que el partido en el poder pierda la Presidencia. Tiene una holgada ventaja e incluso puede correr el riesgo de perder varios o muchos puntos y al final tener un colchón favorable.
No se avizora en el horizonte un resultado adverso.
Renuncia Julio Huerta
Este domingo se anunció la renuncia de Julio Huerta como Secretario de Gobernación del Estado, una noticia con muchas facetas.
Dijo que va de lleno a buscar la gubernatura del estado de Puebla. Las encuestas lo sitúan de entrada muy lejos de los dos punteros, allá muy arriba Alejandro Armenta y luego Nacho Mier.
Don Julio, ilustre desconocido en Puebla hasta antes de los últimos dos años, tenía dos motores de impulso: su parentesco con el inefable e indefendible exgobernador Miguel Barbosa y el estratégico cargo que ahora deja.
Lo primero le dio vuelo, confianza, poder y medios para controlar a los presidentes municipales y recursos múltiples para usar ese poder público para fines propios. Un solo ejemplo: basta un recorrido en torno a Puebla capital sobre el periférico para ver la ostentosa, derrochadora e inútil campaña de espectaculares con su foto. Un acto obsceno y desfachatado. Haga usted números…
Lo segundo le permitía tener una plataforma y los hilos para manejar redes de poder en el estado. Ahora deja todo esto. Habrá que ver si es cierto o recurrirá a operar tras bambalinas.
De ocurrir lo segundo colocaría en un problema serio al gobernador Sergio Salomón: ante la ley, ante la oposición y ante la ciudadanía.
Pero, en cambio, esta circunstancia ofrece al gobernador una extraordinaria oportunidad para ir tomando el poder completo. Hasta antes de ayer y para efectos prácticos lo compartía con don Julio, hoy solamente con Jorge Estefan Chidiac.
La coyuntura, analizada con inteligencia pone al gobernante en un momento magnífico: reforzar esa trinchera de primera importancia con un personaje incuestionable que le sirva a él, le cuide las espaldas, y no estorbe ni le haga sombra. Sería, además, una figura con el papel de ariete y columna para integrar su propio equipo de colaboradores, que hoy no existe o es muy gris y endeble.
Pero hay más ángulos de observación derivados de la renuncia. Otro es que Armenta obtiene una especie de regalo a su favor: Julio le quitará votos a Nacho y se coloca de frente a este competidor, con quien además tiene serias discrepancias y asuntos pendientes derivados de polvos de aquellos lodos.
En fin, hay que leer los días que vienen. Ya comentaremos al respecto…
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