Falleció este 9 de julio a los 89 años.
Legislador, líder partidista, funcionario federal y diplomático.
Su larga trayectoria de décadas en el servicio público, donde formó parte del gobierno de seis expresidentes de la República –cinco del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y uno de Acción Nacional (PAN)- se suma a una amplia carrera diplomática y legislativa.
Biografía de Porfirio Muñoz Ledo
Caracterizado por ser crítico ya veces irreverente, Muñoz Ledo fue un personaje controvertido que transitó con facilidad entre el poder y la oposición y al que sus críticos le achacaban el ego como una de sus características. En todo caso no le faltaron razones.
Nació en 1933, fue hijo de maestros: su padre, Porfirio Muñoz de educación física, y su madre, Ana Lazo de la Vega Marín, maestra de primaria y también de educación física. El político vivió en su hogar una prolongación de la escuela.
Inició su enseñanza en el jardín de niños “Brígida Alfaro”, en la colonia Del Valle, en la Ciudad de México, institución instaurada en el gobierno de Lázaro Cárdenas, con cuyo hijo, Cuauhtémoc Cárdenas, coincidió en ese centro, aunque no en aulas .
Su primer concurso ganado fue uno de lectura de rapidez en primero de primaria y en secundaria comenzó a competir en concursos de oratoria cada año, hasta ganar el primer lugar en segundo año de preparatoria.
La afición al debate la mantuvo en la Universidad, donde fue Campeón Internacional de Oratoria por la UNAM (1953).
No obstante, fue en las aulas de la secundaria donde halló su interés en la política.
“Declamaba con éxito y le tomé el gusto a los aplausos”, grabó el político en entrevista para el libro Porfirio Muñoz Ledo: Historia Oral 1933-1988, de James W. Wilkie y Edna Monzon Wilkie (Penguin Random House Grupo Editorial).
Ahí narró que fue un reto de un profesor de Civismo, en segundo año de secundaria, sobre quiénes habían sido los presidentes anteriores a Miguel Alemán –entonces mandatario–, lo que le hizo recitar con facilidad a los 13 presidentes anteriores.
“'Tú fuiste a ser presidente de México'. Y me fregó, porque definió mi carrera política y, además, porque nunca fui presidente ni lo seré; pero esa fue la gran motivación de mi vida pública”, recordó Muñoz Ledo.
En su juventud practicó natación y box, deporte en el que fue peso pluma; ganó concursos de baile, se aficionado al mambo y al cha cha chá, pero fue su preparación académica, sus dotes como polemista, lo que le abrieron las puertas y diversificó sus conexiones con el mundo cultural y político.
En la Facultad de Derecho de la UNAM, a los 19 años fundaron la Revista Medio Siglo, de la que fue secretario ejecutivo, y Carlos Fuentes –que acababa de llegar de Europa y se inscribió a Derecho– presidente del consejo editorial.
Sus compañeros, entre muchos otros, fueron Víctor Flores Olea, Rafael Ruiz Harrell e incluso Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Monsiváis. La publicación se volvió el centro del debate político y cultural de la Universidad.
Gracias a su activismo universitario durante sus años 20 tuvo una relación cercana con personajes entonces en la cúspide académica y cultural: Jaime Torres Bodet, Jesús Reyes Heroles, Ignacio Morones Prieto, Mario de la Cueva, Nabor Carrillo y Daniel Cosío Villegas.
En 1953 ganó los certámenes nacionales e internacionales de oratoria, además de concursos de ensayo, que fueron premiados con Monedas Centenario o en efectivo y que ahorró para irse a Francia.
De 1956 a 1960 estudió Ciencias Políticas y Derecho Constitucional en el programa de doctorado de la Universidad de París.
Para 1958-1959 en la Universidad de Toulouse impartió cursos en francés –que aprendió en su primer año en el país– sobre la Revolución Mexicana y vivió en ese país cuatro años.
Aunque Muñoz Ledo estudió Derecho nunca ejerció, pues su propósito fue dar clases y dedicarse a la política, que ejerció con creces: presidió dos partidos, fue candidato o legislador de cinco fuerzas políticas, como el PRI, al que ingresó en 1952, a los 19 años, y presidió de 1975 a 1976. También estuvo en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de 1993 a 1996.
Del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) fue candidato presidencial en el 2000, –aunque cedió su postulación a favor de Vicente Fox, quien a la postre ganó.
Del Partido del Trabajo (PT) fue diputado federal en 2009, aunque sin militar en ese partido, y de Morena fue diputado federal y por segunda vez presidente de la mesa directiva de la Cámara en 2018 –la primera vez en 1994.
Muñoz Ledo le tomó protesta como mandatario a Andrés Manuel López Obrador el 1 de diciembre de 2018.
En 2019 compitió por la presidencia nacional de Morena y buscó sin éxito ser candidato a diputado federal de nueva cuenta, en el primer ejercicio de reelección legislativa federal.
Pero las rencillas generadas en la contienda interna provocaron que fuera vetado e impedido de volver a ser candidato a diputado federal.
En muchos sentidos Muñoz Ledo fue un precursor. En 1987, siendo militante del PRI, renunció a ese partido junto a Cuauhtémoc Cárdenas y presidió el Frente Democrático Nacional (FDN), una formación que respaldó la candidatura presidencial de Cárdenas en 1988.
Ese Frente reunió al Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), al Partido Popular Socialista (PPS), el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN) y organizaciones civiles y urbanas.
Aunque no ganaron las elecciones, pues en el proceso ocurrió la llamada "caída del sistema" –como se le conoce al fraude electoral de ese año–, Muñoz Ledo resultó electo como senador.
Al escritor y cronista Carlos Monsiváis se le atribuye haberlo bautizado como “el senador sin Senado”, por su dominio de la argumentación parlamentaria que en numerosas ocasiones 60 senadores del PRI no pudieron contener ni rebatir.
Ocupó un escaño en esa Cámara de septiembre de 1988 a 1994, durante las Legislaturas 52 y 53 y hasta la fecha Muñoz Ledo encabeza la lista de los legisladores con más intervenciones en tribuna: 746 en los seis años en que fue senador de la República.
También fue el primer legislador en interpelar a un presidente, a su excompañero Miguel de la Madrid, durante su Sexto Informe de Gobierno, el 1 de septiembre de 1988, en tiempos en los que nadie se atrevía a rebatir o a interrumpir al mandatario si no era con aplausos.
Siendo legislador por el FDN se puso de pie en medio de la sesión y gritó: “Con su permiso, señor presidente”, con lo que terminó la historia de sólo elogios durante los informes presidenciales.
También fue el primer presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados surgido de un partido de oposición, pues en 1994 el PRI perdió su hegemonía. Entonces toda la oposición se unificó e impulsó a Muñoz Ledo para presidir la Cámara y fijar nuevas reglas en ese órgano legislativo.
Por eso, también le tocó ser el primer legislador opositor en contestar un informe presidencial, el del priista Ernesto Zedillo.
En total fue tres veces diputado federal, una vez senador y diputado del Congreso Constituyente de la Ciudad de México.
Muñoz Ledo se preciaba de leer todos los días al menos tres periódicos nacionales, además de la prensa internacional.
Así, fue siempre una persona informada y, de hecho, su primer trabajo, siendo aún un adolescente de 17 años, inició como auxiliar de prensa en la Secretaría de Bienes Nacionales, donde realizaba trabajos de síntesis, repartía boletines. Al final terminó redactándolos.
Fue durante esas entregas, ya a los 18 años, que conoció a Julio Scherer, a la postre director de Excélsior y de la Revista Proceso, pero en ese entonces tenía 23 años y laboraba en la segunda edición de noticias.
Ese primer trabajo lo tuvo en 1950 siendo presidente Miguel Alemán y mientras era estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Pero como todos los jóvenes destacados de esa Facultad, relacionados con el mundo cultural y político, su intención era irse a estudiar a Europa, lo que hizo poco más tarde.
Renunció a su trabajo debido a que tenía ahorros de sus concursos de oratoria y además –sobre todo- porque ya para entonces la Facultad estaba inmersa en un conflicto estudiantil por el traslado a Ciudad Universitaria y demandas estudiantiles, y él ya era el presidente de la Sociedad de Alumnos.
Por su papel en la resolución de la huelga –conciliador, pues no hubo confrontación- o por su perfil, pero fue beneficiario de una beca para estudiar en La Habana, Cuba.
Fue su presidencia de la Sociedad de Alumnos en 1952, lo que el mismo Muñoz Ledo reconoció como el inicio de su carrera política. Mientras que su puesto de auxiliar de prensa su primer cargo burocrático.
Así viajó a Europa en 1956 y a su regreso, a fines de 1960 y hasta 1964, trabajó en el gobierno de Adolfo López Mateos, a quien conoció siendo estudiante y quien a su regreso a México lo invitó a formar un grupo de jóvenes funcionarios.
Muñoz Ledo, por ese entonces a punto de ser padre por primera vez, y siendo catedrático en la Facultad, reconoció que se vio tentado por la invitación, aunque él no tenía la intención. Incluso tenía la cosquilla de integrar un partido político algún día.
El caso es que como asesor del presidente se sumó a las filas del gobierno del PRI, al que ingresó en 1952. Según explica, no estaba interesado en hacer carrera en ahí, sino como un hecho fortuito, al haber publicado un texto en una publicación de ese partido.
Casi enseguida, en 1961, a los 27 años y a invitación del entonces secretario de Educación, Jaime Torres Bodet, asumió como subdirector de Educación Superior e Investigación Científica, siendo aún asesor presidencial.
Su carrera en la burocracia siguió durante varias décadas más. En el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz fungió como consejero –no agregado– cultural en la embajada en Francia a partir de 1965, a los 31 años y siendo el embajador Ignacio Morones Prieto.
Un año después regresó a México y, desde 1966, a los 32 años, y hasta 1970, fue secretario general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Ya en el gobierno de Luis Echeverría Álvarez fue subsecretario en la Oficina de la Presidencia de la República de 1971-1972, como responsable del discurso ideológico y más tarde secretario del Trabajo y Previsión Social, de 1972 a 1975.
De 1976 a 1977 fue secretario de Educación Pública. Y más tarde, de 1977 a 1979, consejero especial de la Presidencia, tras ser obligado a salir de Educación por presiones de grupos políticos.
Pero en ese cargo viajó por todo el mundo y fue en 1979 en que se le planteó ser embajador y él mismo, recordó, se propuso para serlo en las Naciones Unidas.
Desde ese año y hasta 1985 fue embajador de México ante las Naciones Unidas, nombrado por José López Portillo y ratificado después por Miguel de la Madrid. Y fue en ese cargo que México fue por vez primera presidente del Consejo de Seguridad de la ONU y del Grupo de los 77.
Entonces, un hecho de violencia anticipó su salida del cargo, aunque él siempre aseguró que ya quería regresar a México.
Con Cárdenas e Ifigenia Martínez como figuras visibles de la Corriente Democrática del PRI, salió de ese partido el 15 de diciembre de 1987 y juntos, con el Frente Democrático Nacional (FDN) –que postuló a Cárdenas a la presidencia–, como cabeza de diversas de organizaciones sociales, civiles y urbanas, sembraron la semilla de lo que sería el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Vinieron años de oposición y denuncia de fraude y de entonces data su papel como “senador sin Senado”. Pero en esos años también encabezó una oposición interna, por las frecuentes diferencias ideológicas con Cárdenas y el ala dura perredista.
Muñoz Ledo, en cambio, encabezó la corriente conocida como “arcoíris”, señalada por el ala radical de la izquierda perredista como “dialoguista” con el gobierno en tiempos en que ese partido enfrentaba al gobierno priista. Muñoz Ledo dirigió el partido de 1993 a 1996.
En 1997 fue diputado federal y en 1999 finalmente decidió renunciar al PRD confrontado por la definición de la candidatura presidencial, que de nuevo fue para Cárdenas para las elecciones de 2000. Con su organización Nueva República, Muñoz Ledo buscó ser postulado por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM).
El 25 de mayo de 2000 declinó en apoyo al panista Vicente Fox Quesada, quien contendía por la Alianza por el Cambio (Acción Nacional y Partido Verde Ecologista de México). En 1991, siendo del PRD, Muñoz Ledo había competido y perdido contra Fox en las elecciones a gobernador de Guanajuato.
Al triunfo de Fox y al convertirse en el primer presidente no priísta, Muñoz Ledo fue nombrado embajador de México ante la Unión Europea donde estuvo hasta 2004. Pero el desafuero promovido por el gobierno de Fox contra Andrés Manuel López Obrador generó un distanciamiento del foxismo.
En vísperas de que se definiera la nueva candidatura presidencial, en 2006, Muñoz Ledo volvió a las filas de la izquierda al integrarse como presidente del Consejo Consultivo del entonces candidato presidencial del PRD, López Obrador, quien fue postulado por el Frente Amplio Progresista (FAP) integrado por PRD, Partido del Trabajo (PT) y Convergencia.
Tras esas elecciones, siguió en esa oposición y sus denuncias de irregularidades electorales pero distanciado de cargos legislativos y políticos hasta que en 2009 fue electo diputado federal por el PT.
En diciembre fue designado por el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, del PRD, como coordinador general de la Unidad para la Reforma Política del Distrito Federal, cargo que ocupó de 2012 a 2018.
En 2016 fue el secretario ejecutivo de la Comisión Redactora del Proyecto de Constitución para la Ciudad de México y en septiembre de 2016 formó parte de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México.
Al año siguiente volvió por la puerta grande a la política, al triunfo de López Obrador en la Presidencia.
En 2018 asumió la presidencia de la mesa directiva de la Cámara ya por Morena, hasta el fin de la 64 Legislatura, en 2021.
Pero de nuevo volvió a la marginación, pues la dirigencia de su partido le negó la posibilidad de ser postulado a la reelección, en la primera ocasión en que se aplicó a nivel de Congreso federal, en 2021.
"El de diputado federal será el último cargo público que ocupe”, advirtió Muñoz Ledo en 2021, al dejar la curul.
Su salud ya estaba afectada desde hace una década. En 2012 comenzaron sus padecimientos visibles, pues fue operada de una hernia inguinal que tuvo complicaciones cardiacas y que minaron su estado.
En 2019 –año en que se desvaneció frente a Palacio Nacional, al arribar a un evento– fue sometido a una intervención quirúrgica que lo dejó más delgado, pero recuperó peso en medio de la pandemia, en la que no tomó descansos y mantuvo su agenda ocupado en entrevistas, su programa de televisión y la campaña por la dirigencia morenista, sin que haya informado contagio de covid.
Sólo su deceso lo apartó de figurar como personaje central en los escenarios de la política, mismo que dominó por más de 70 años, desde su activismo estudiantil, en 1952, ya sea en la oposición o en el gobierno.