Marcelo Ebrard, ¿el hombre de la circunstancia?

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    Domingo, Junio 11, 2023

    Justamente en estos días habrá que ver de qué está hecho este personaje

    Marcelo Ebrard, ¿el hombre de la circunstancia?

    Xavier Gutiérrez

    La incertidumbre es parte de la democracia. En las dictaduras no existe, se dan hechos consumados, brutalmente verticales. Habla la fuerza, solamente.

    La nuestra es una democracia sui generis. Imperfecta, claro. Perfectible, por supuesto, eternamente.

    Por eso vemos esas formas retorcidas, barrocas, simbólicas en el ejercicio del poder. Sí, parchadas, medianas, no de alta calidad como se quisiera, como se debiera.

    Pero por supuesto lejos de una dictadura como vociferan voces nutridas en el resentimiento, el prejuicio y la visión ególatra. Si la dictadura existiera no habría elecciones como las del Estado de México y Coahuila. No se puede censurar una y elogiar otra. Son parte de lo mismo, la forma mexicana de entender y practicar la democracia.

    ¿Y por qué son “a la mexicana”? Porque estamos en México, no podrían ser a la inglesa o a la finlandesa.

    Todo esto viene a cuento por lo que en estas horas, en estos días se cocina en la cúpula del poder en México. Morena, dígase el Presidente, cocina la forma de la elección y selección de su candidato a la Presidencia.

    Se ha visto, a lo largo de meses, una inequívoca anuencia presidencial favorable a Claudia Sheinbaum Pardo. Los tres restantes competidores tienen el aliento también, pero no la dosis de simpatía que se siente en el primer caso, aunque no sea explícita. Sin embargo, es evidente, casi tangible.

    Llega la contienda a un punto de quiebre. Marcelo Ebrard se incorforma con el proceso y pasa de las protestas verbales a los hechos. Reclama piso parejo cuando, ciertamente, Claudia tiene un largo trecho avanzado en las encuestas. Su caso, el de Claudia, de origen es más ventajoso: no tiene las limitaciones del canciller, su condición de gobernadora capitalina le permite una cancha con más libertades.

    La renuncia de Marcelo le dará oxígeno. Su reto es recorrer el país y en un par de meses remontar los números de las encuestas. Y luego ganar la fórmula, también con base en consultas de opinión, que hará Morena para elegir a su candidato. Está por verse la confiabilidad de este mecanismo.

    A estas alturas, a mí me parece que los otros dos aspirantes, Adán Augusto y Ricardo Monreal van muy lejos, pero nada es imposible. En política, ya se sabe que los únicos muertos son los que están ya en el panteón.

    Todos sabemos que en lo doméstico y en lo trascendente, la circunstancia hace al hombre. Las condiciones de un momento dado generan las características del individuo y le ponen la casaca de líder. La hechura de Andrés Manuel no se dio en unos meses, le llevó años. El carácter y estilo, la tozudez conforman a un político con su carisma y popularidad, eso no es gratis, ni obra de taumaturgia o providencial.

    Marcelo, con su renuncia, ya alteró las reglas que venía dosificando Mario Delgado, el presidente de Morena, siguiendo obviamente la batuta presidencial.

    El gesto, sesgo de Marcelo, parece sacrílego. Es natural, es quizá su mejor y última oportunidad de buscar la Presidencia.

    Desde ciertos círculos, comparados ambos, Claudia y Marcelo, se ve endeble o incompleta la figura de ella, esto pensando en el difícil reto actual: llenar la silla de López Obrador y lidiar con una aguerrida oposición para nada muda, aunque visiblemente débil en el marco global de la competencia.

    Nadie alude su condición de mujer sino que contrastados los dos personajes gramo a gramo, la figura de Marcelo luce más experimentada, más estructurada, más maduro en todos los sentidos. Se advierte la diferencia en calidad, no en el sexo, esto último creo que por fortuna está superado.

    Marcelo en tales circunstancias se enfrenta nada más y nada menos, a la percepción generalizada de que no está en la línea presidencial y que es inevitable el choque con esa voluntad escondida o negada.

    Todo parece indicar que se topa o se colisionará frontalmente con Claudia y todo el aparato que, por inercia, inercia triste, caricaturesca, bajuna y añeja, se ha sumado a ella con obediencia servil y olor a bufalada tricolor. Aquí lo vimos a todo color en Puebla.

    ¿Qué le queda a Marcelo? Nada fácil: intentar ser el hombre de la circunstancia.

    Su reto es brutal, endemoniadamente cuesta arriba. Parecerá ingenuo pensarlo, o decirlo, pero pareciera que no le queda otro destino que el estrecho camino que enseñara en tales condiciones… López Obrador.

    Sí, ir contra la marea, contra las inercias, frente a aparentes hechos consumados. Retomar precisamente esas banderas que en su momento ondeó el Presidente.

    Tomar el reto de una rebeldía inteligente, lúcida, de fidelidad original y cambio necesario.

    Una suerte de osadía pensante, prudente, visionaria.

    Armarse con nutrientes de calidad en todos los órdenes. Poner un pavimento duro, grueso, de principios, de razonamientos frente a conveniencias, de criterio y causas ante decisiones o inclinaciones voluntariosas.

    Tiene frente a sí las fórmulas que indican la disrupción ni más ni menos. Todo eso que ha inspirado y guiado al Presidente en toda su carrera, y que le permitieron llegar a la Presidencia contra viento y marea.

    La política nunca ha sido un paseo por la Alameda o los Jardines de Versalles. Eso lo sabe perfectamente bien Marcelo. Más de una vez ha probado el amargo sabor de la “disciplina”, el acíbar de la traición, ha caminado por el desierto de la soledad, sabe bien los riesgos de la adversidad.

    Justamente en estos días habrá que ver de qué está hecho este personaje.

    Habremos de observar si llena el traje confeccionado para el líder que la circunstancia requiere.

    Están a prueba de genio e ingenio.

    Compren botana que esto apenas empieza…

    ALFORJA

    Nuevo libro. Hace unos días se presentó en el Salón Barroco de la BUAP, un libro del economista Jorge Arroyo. Se llama Historia de una vida, nada más. Lo comentaron varios académicos y profesionales de esa casa de estudios. Se trata de un texto autobiográfico en el que se narran pasajes de la vida de Jorge y sus vínculos con personajes de distintos niveles y ámbitos, aparte de sus experiencias en los diferentes cargos que ha ocupado a lo largo de su trayectoria en el servicio público. Se encuentra a la venta en las librerías de la propia Universidad.

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