Espectáculo grotesco en la lucha por el poder

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    Domingo, Mayo 14, 2023
    Xavier Gutiérrez

    Carencia de visión y compromiso real se observa en los partidos políticos en Puebla

    Es ridículo, más que eso, grotesco, el espectáculo que están dando quienes se ostentan como morenistas en la pugna por el poder en Puebla. Y replican los mismos visajes en los acomodos de la contienda federal desde suelo poblano.

    En algunos casos usan idénticos procederes que tuvo el PRI y que ellos reprocharon. Incluso sufrieron. En otros, son los mismos priistas quienes el día anterior cambiaron de pelaje y hoy, cínicamente ovacionan a quien todo el tiempo repudiaron y combatieron, a López Obrador.

    Pero lo que vemos no es la inmoralidad galopante de los arribistas. O más bien no sólo eso, sino la desfachatez de quiénes les abren la puerta y casi les colocan alfombra roja.

    En Puebla se conocen las historias de personas y grupos. No puede haber confusión. Hay descaro abajo y complicidad arriba.

    Y no es de ahora. La desvergüenza ha sido un disfraz común en las cúpulas políticas de todos los partidos en Puebla.

    Marín hizo alianza con Calderón, casi de rodillas, para salvar el pellejo y no pisar la cárcel. El brazo largo de la justicia lo alcanzaría después. Su destino turístico que fue Cancún en sus años dorados, fue al final su cárcel, broma negra de su peculiar historia.

    Moreno Valle, de las huestes del PRI sin militancia alguna, mutó pronto al panismo sólo movido por su insaciable hambre de poder. Y con las formas más acabadas de ese camaleónico proceder, siguiendo las huellas “del maestro Hank”, su tío adoptivo, amasó fortuna con testaferros sumisos y sólo su inaudita voracidad lo llevó a la muerte.

    Ya hemos referido con estadísticas cómo la ley de probabilidades lo empujó al accidente aéreo.

    Él mismo y sus seguidores emplearon métodos y maniobras del PRI; incorporaron en la burocracia a marionetas y sirvientes de todos los partidos y vaciaron las arcas en ocho años, sumados aquí los dos de Gali. Y hasta se podrían agregar los cinco meses de Pacheco Pulido. No existe diferencia alguna… ¿o sí?

    Otra vez ninguna militancia, convicción o compromiso ideológico, el apetito de botín desbordado por delante. Ese ha sido el lubricante de todos.

    Vino Barbosa con la misma marca de la casa. Demagogo provinciano. Aldeano simulador y pendenciero de baja estofa. Lo de siempre: ningún compromiso ideológico. Sumó a panistas, priistas y perredista de la peor ralea, bajo la bandera de Morena, de cuyo líder él mismo fue detractor y en videos hacía mofa y escarnio del hoy Presidente.

    Murió él y el esquema se repitió puntualmente. O en una versión peor. Hoy los puestos clave del poder los tiene el PRI (es un decir, puesto que el dinero realmente no tiene ideología, van a lo que van: contratos, concesiones, fortunas, nóminas, presupuestos, compras; los colores de los partidos son solo un disfraz incómodo.)

    Todo esto, que es evidente, ¡bajo el amparo de Morena!

    Pero lo más grave es lo que se cocina.

    Los peores especímenes del tricolor partido, ya se han trepado con los punteros en la lucha por la gubernatura. Abundan ahí tránsfugas, saltimbanquis, incompetentes y prófugos de la justicia. Quitando a dos o tres figuras, el resto es una espesa masa de cazapuestos que todos conocemos.

    Y hay de todo, sedicentes priistas, panistas, perredistas y demás fauna.

    Por cierto, se comenta sotto voce, que el mismísimo Tony Gali, contribución millonaria de por medio para campaña, estaría por dar el sí precisamente en estos días, para ir en pareja con Nacho Mier buscando repetir en la presidencia de Puebla.

    En la acera de enfrente Mario Rincón y otros de inescrupuloso y punible pasado, ya afilan su machete y uñas como ujieres ávidos de cuotas de poder. Ya están incrustados en escalones de segundo y tercer nivel. Esconden el puñal con el que una vez traicionaron y que volverán a usar el día de mañana.

    Y el paisaje está lleno de ejemplares de este variopinto zoológico.

    ¿No acaso la “cargada” que llegó a aplaudir a Nacho es semejante a la que destapó a María Luisa Albores? Una bufalada como la que le fue a ofrecer la corona de México a Maximilano.

    ¿Nada les dijo la condición absolutamente ajena a Puebla de la referida dama? ¿No recordaron lo maltrecha que han dejado a la entidad los forasteros y condotieros como Piña Olaya, Bartlett, Moreno Valle, Barbosa y cauda...?

    Y lo mismo ocurre con los aspirantes a la Presidencia de la República y sus “espontáneos y genuinos” seguidores de ayer para hoy. Ahí van, doblando el espinazo, pisoteándose unos a otros, cantando loas y maitines a “sus” candidatos, cuando todo el tiempo lanzaron denuestos contra la izquierda y desde siempre, refugiados en su liberalismo ramplón, catalogaron a AMLO y sus seguidores como “una amenaza para México”.

    Pero los responsables de esta opereta trepadora no son ellos, o no solamente ellos; estos personajes bien identificados por su glotonería en la burocracia y puestos de elección, quienes cargan a cuestas este lastre en potencia, son quienes mandan, quienes dirigen. No miden el precio de la factura que les puede costar.

    La mescolanza así, derrochando cinismo y voracidad sin recato, mal endémico de todos los partidos, es fruto de la pobreza ideológica de los partidos. Pobreza que llega a orfandad.

    Morena nunca ha puesto atención, interés, rigor y trabajo en la formación de cuadros. No preparó a su ejército ni para el servicio público ni para los puestos de elección popular.

    Además, tampoco echó mano de miles de mexicanos con suficientes atributos para tales tareas. Los hay, ahí están en la geografía del país. Pero la falta de apertura, la carencia de visión, el celo y las envidias, les han cerrado el paso. Y en su lugar, le han abierto las puertas a hordas de trepadores. Eso es lo que estamos viendo.

    Alguien tiene que reparar en todo esto. Meter freno y dar un giro de timón firme, brutal, radical.

    Esto es una prueba de fuego para los líderes.

    No para los jefes. El líder es de otra pasta, de otra hechura.

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