· BARBOSA, GOBERNADOR CAVERNARIO

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    Contracolumna

    · HOY ESCRIBE MANUEL BUENDÍA

    JOSÉ MARTÍNEZ M.

    Para Rodolfo Ruiz y los colegas de e-consulta con un fuerte abrazo solidario

    Traducida a más de 500 idiomas la Declaración Universal de los Derechos Humanos –proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948 en su Resolución 217 A (III)– en su Artículo 19 establece:

    “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

    Esto lo ignora don Miguel Barbosa Huerta, gobernador de Puebla quien actúa a semejanza de los políticos porfiristas de finales del siglo XIX, cuando los gobernadores eran dueños “de su territorio a cambio de algunas prestaciones”, como lo establece Luis Medina Peña, un estudioso del sistema político mexicano.

    Barbosa más que un clon, es una copia pirata del presidente Obrador. El gobernador actúa como un payaso –con perdón de los personajes que llevan la cara pintada–. Mientras el presidente Obrador somete a su guillotina de las mañaneras a los medios en el papel de censor, Barbosa hace el papel del comediante tonto aunque no necesite ir vestido de manera estrafalaria.

    Ha llamado al portal de noticias e-consulta “pasquín electrónico” y ha llenado de insultos al editor de este prestigiado medio de información, Rodolfo Ruiz.

    A escala local, Barbosa replica el “estilo” –si se le puede llamar así a la conducta porril del presidente Obrador– de sus ataques a la prensa. El gobernador ha buscado a toda costa lograr una presencia mediática y cada que puede hace maniobras en función de sus intereses para sobresalir, para ello tiene una gigantesca bolsa presupuestal. Con ella cuenta con los servicios de sicarios periodísticos y hasta se ha dado el lujo de patrocinar algunos medios con periodistas muy desacreditados que a cambio reciben carretadas de dinero.

    Barbosa fue señalado por los propios periodistas que ahora lo “protejen” de haberse enriquecido con los “moches” que exigía a los gobiernos municipales y estatales durante su polémica trayectoria como legislador. Ahora como gobernador sus prioridades no son el desarrollo y el bienestar de la entidad que encabeza sino sus intereses políticos, con todo lo que conlleva: negocios y poder.

    En los últimos 20 años el portal de noticias e-consulta se ha distinguido por su carácter crítico frente al poder, lo hizo ante los abusos y excesos de los gobernadores en turno, los abusos y excesos de Mario Marín cuya carrera política acabó tras un escándalo mediático contra la activista y periodista Lydia Cacho, lo mismo ocurrió con Rafael Moreno Valle por sus malos manejos y su comportamiento autoritario y hace lo mismo con Barbosa quien ha buscado imponerse con la política del garrote para defender las viejas costumbres del poder ante la carencia de un ejercicio de gobierno crítico y moderno. Barbosa es partidario de las tradiciones autoritarias de la política.

    VER video de Barbosa contra e-consulta (https://www.e-consulta.com/nota/2020-10-12/gobierno/barbosa-dice-que-el-nivel-de-e-consulta-es-pueblerino)

    Reproduzco ahora algunas palabras de Manuel Buendía ante el acoso y las amenazas del entonces gobernador Rubén Figueroa, conocido como el Tigre de Huitzuco.

    Recojo el texto de mi querido amigo y colega Miguel Ángel Sánchez de Armas bajo el título “En defensa de la palabra”.

    En 1979, el entonces gobernador-cacique de Guerrero, Rubén Figueroa, lanzó amenazas contra Manuel Buendía nada menos que en la sede del Poder Ejecutivo después de una audiencia con el presidente José López Portillo. En respuesta, una impresionante movilización ciudadana y profesional se congregó alrededor del periodista en un desayuno en el antiguo hotel Del Prado el 17 de julio de ese año.

    Ahí, ante sus pares y frente a una multitud de lectores que desbordaba el salón, con serena emoción don Manuel dijo:

    «Allá, en los pueblos del interior, es donde el periodismo requiere auténtica valentía personal, porque las banquetas son demasiado estrechas para que no se topen de frente -por ejemplo- el periodista y el comandante de policía de quien aquél hizo crítica en la edición de esa misma mañana. Aquí la incomodidad más seria que sufrimos es la de no encontrar mesa en nuestro restaurante favorito de la Zona Rosa.

    «Allá, en los Estados, donde los estrechísimos círculos del poder local acogotan la economía de los editores combativos y pretenden lastrar el desempeño de los escritores comprometidos, el ejercicio del periodismo reclama una entereza excepcional. Aquí, donde las

    dicotomías del sistema se dan tan próximas a nosotros, de algún modo podemos arreglárnoslas para que los rayos no caigan precisamente sobre nuestro propio paraguas. Allá, donde las pequeñas comunidades de colegas pueden ser sometidas con la relativa facilidad por el puño del cacique regional, el grito de un reportero que ha recibido una paliza apenas se escucha afuera de sus propios dientes si es que le quedan.

    «Aquí, en la monstruosa caja de resonancia de la metrópoli, se da -como fruto de la pertinaz acción de las individualidades o de los clubes, del Sindicato y de otras agrupaciones como la de los Periodistas Democráticos- se da, repito, el hecho espléndido de una comunidad periodística cada vez más amplia, más integrada, más solidaria. Y dentro de este ámbito, ya no hay reportero, comentarista, fotógrafo o camarógrafo que se sienta solo, si en legítimo ejercicio de su profesión sufre agresiones físicas o morales, amenazas y cualquier otra suerte de manifiesta o larvada represión.»

    Cuatro décadas después, la acechanza contra los medios proviene desde Palacio Nacional y algunos gobernadores la replican poniendo en riesgo no solo la viabilidad de los medios sino en peligro la seguridad de los periodistas. El caso de Puebla es un ejemplo de la conducta ruin de un gobernador cavernario. Puebla es uno de los cinco estados con más agresiones a periodistas.

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