Contracolumna
· UN CENSOR DE LOS PERIODISTAS
JOSÉ MARTÍNEZ M.
Manuel Camacho Solís y yo desayunábamos en la terraza de la librería El Péndulo de Polanco. A esas horas en que las calles de la zona se ve poblada de jóvenes oficinistas y ejecutivos, la mayoría de ellos bien vestidos, que ajetreados caminaban rumbo a las empresas de firmas renombradas.