Contracolumna
JOSÉ MARTÍNEZ M.
En la zona del Tigre, al norte de la ciudad de Buenos Aires, en la negrura salpicada de estrellas, se fue a la cama a descansar, la vigilia era un inevitable presagio. Durante horas lo acosó el sueño que lo había maltratado toda la noche, en el naufragio de pensamientos logró dormir, pero ya no despertó.